Chueca: el barrio de los Chisperos

El barrio de Chueca ha sido siempre conocido por ser un barrio muy castizo; ya que es una área ubicado en el centro de la ciudad. Este barrio fue conocido como el barrio de los chisperos debido a que, junto al barrio de Universidad (Maravilla o Malasaña), era donde se ubicaban la mayoría de las herrerrías de la ciudad. Entonces la plaza de Chueca se conocía como de San Gregorio.

 

fotos antiguas el latido original chueca

Los chisperos eran conocidos como la clase más valiente. Su perfil castizo ha aportado mucho a la cultura madrileña. Eran envidiados entre las demás profesiones. Se creían tan duros como el metal que ellos trabajaban, y presumían de ese aire bravucón que les definía. Dependiendo del contexto podría utilizarse como sinónimo de chulapo, ladrón, guapo, valiente.

Fracisco de Azorín (autor de leyendas y anécdotas del viejo Madrid) los describe así: "Sabían colocarse bien la chupa y la redecilla, además de manejar excelentemente el martinete, cono cer los secretos de la fragua y estar familiarizados con el fuego, supieron trabajar muy bien la madera y, a veces, sintieron la afición taurina; fueron, asiduamente, sobresalientes guardaespaldas de políticos, vividores de timos; guapos de garitos y mancebías y hasta de fáciles duquesas; dominaron siempre, en su expresión, el desparpajo."

Y no sólo ellos sino que a las chisperas también se las definía como mujeres bravas. De hecho se cuenta que una de ellas abrío la cabeza a un hombre de confianza de Napoleón cubriendo su cadáver de flores.

De hecho es el mismísimo Federico Chueca quién, junto a Joaquín Valverde, ponen música a un sainete dónde la protagonista es una aunténtica chulapa y chispera: La canción de Lola. La imágen muestra el monumento a los saineteros (o chisperos) ubicado en la calle Luchana.

Monumento a los Saineteros Madrileños Madrid

Estos madrileños tan castizos vivieron el barrio de Chueca de manera muy distinta a la que hoy en día se vive. Aquellos chisperos se llevaron a la tumba sus ideas tradicionales y cerradas ¡Gracias a Dios!